Después de comer muchos sufrimos de un poco de fatiga, y es normal que esto ocurra. Esta sensación de sueño, puede variar según el estilo de vida de las personas. Son diversas las razones por las que puedes sufrir de fatiga después de comer.
Los factores pueden variar, desde la edad, estado de salud, la cantidad y tipo de comida, la hora, entre otros. Esta sensación de somnolencia es una respuesta fisiológica común. Asimismo, una mejora en tu alimentación puede contribuir a la disminución de la fatiga después de comer.
Algunas razones por las que puedes sentir fatiga luego de comer
La fatiga puede afectar tu rendimiento laboral, físico e incluso emocional, al momento de realizar actividades. Corregir este problema o trabajar en mejorarlo, puede ayudarlo a enfrentar su día a día con más energía. Conoce a continuación los hábitos que pueden estar afectándote:
1. Alto consumo de azúcar y carbohidratos refinados
Según estudios, el alto consumo de azúcar hace que el nivel de glucosa sea alta en sangre y suprima la orexina, componente que controla la vigilia.
Los azúcares simples y los carbohidratos refinados se descomponen rápidamente en glucosa, lo que puede desencadenar una fatiga más repentina y pronunciada.
Asimismo, los carbohidratos complejos y otros macronutrientes lo harán más lentamente. Además, cambiar los carbohidratos refinados como el pan blanco por carbohidratos con mayor contenido de fibra, es mejor para la salud en general.
2. La deshidratación
La deshidratación puede causar fatiga, bajo estado de ánimo y problemas de concentración. Trata de tomar suficiente agua durante el día. Esto te ayudará a estar más alerta y evitar la fatiga después de las comidas.
El agua es un componente importante de la sangre, por lo que la deshidratación puede afectar el flujo sanguíneo al cerebro, afectando nuestras capacidades cognitivas como a nuestro estado de ánimo. Tomar agua es el aliado ideal para combatir la fatiga que nos afecta a diario.
3. No estás consumiendo los micronutrientes necesarios
Los micronutrientes los pueden obtener con el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, B y hierro. La vitamina A te ayudará a tener más energía. La deficiencia de la vitamina D, puede afectar la circulación del oxígeno en la sangre.
Puedes enfocarte en preparar comidas que contengan verduras sin almidón, carne o alternativas a esta y cereales integrales. Una dieta que incluya estos alimentos, te generará una mayor cantidad de energía.
4. Poca actividad física
El ejercicio ayuda a mejorar el oxígeno y circulación sanguínea en el cuerpo. Puedes disfrutar de una caminata luego de la comida, para estimularte y mantenerte con energía. Efectuando actividades físicas disminuirás el efecto de la fatiga después de comer.
En lugar de pasar la hora del almuerzo adentro, disfruta de tu comida afuera y, si puedes, programa una caminata.
Con el ejercicio, la hidratación correcta y el descanso suficiente, podrás atacar la fatiga y ser una persona más activa.
Evalúa qué estás haciendo mal y combate la fatiga
Una caída de energía durante el día puede ser particularmente peligrosa para las personas que trabajan en condiciones de riesgo, como las que operan maquinaria o vehículos.
Empieza a corregir lo que estás haciendo mal y empezarás a ver los efectos positivos y te sentirás más alerta. Podrás llevar con normalidad todas tus actividades, sin sentir ese estado de somnolencia y fatiga que ha afectado tu ritmo de vida.